Otro año más, las
estadísticas, los nombres de mujeres asesinadas, los basta ya, las
pancartas. He estado mirando las fotos de años anteriores y cualquiera
de ellas serviría, y sería exactamente igual que las que se hagan el
lunes próximo. Esto, aparte del dolor por esas mujeres que han perdido
su vida en este año, casi siempre después
de una mala vida, me hace pensar en si estamos haciendo, no lo
correcto, porque correcto sí que lo es, pero que, evidentemente no es
eficaz lo que estamos haciendo.
Tenemos que aceptar que la violencia
de género no es más que un aspecto, el más dramático, de la desigualdad
de género, y que la solución no va a venir más que de conseguir que
desaparezca la desigualdad. En la tarea de conseguir una igualdad real
llevamos mucho tiempo, con el mismo tesón quizá que el que ponemos en
rechazar la violencia, aunque, por ser un asunto menos llamativo, sea
menos visible, pero, a mi modo de ver, este es el camino, y por tanto en
el que habrá que consumir más energías, en todos los aspectos, en todos
los campos, y allá donde haya una mujer mínimamente concienciada, haya
una activista. Para que no cunda el desánimo, decir que la debilidad no
existe si hay constancia, y que una humilde gota de agua, con
constancia, puede terminar agujereando una roca.
CONCHA KARTIO. 23/11/2013
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