viernes, 4 de octubre de 2019

REVULSIÓN IDEOLÓGICA Y SOCIAL


En realidad me cuesta encontrar palabras para darle contenido a lo que desde mi subjetividad estoy sintiendo, ante las contínuas descalificaciones que las feministas estamos padeciendo en una etapa convulsa políticamente hablando, porque no olvidemos que lo personal es político, y lo político recae en nuestra vida personal.

Hoy más que nunca, nos sentimos profundamente agraviadas, el objetivo está claro como el agua, escudándose en la "legalidad de una interpretación personal", hoy en Andalucía 241 ONG nos encontramos con una grandísima decepción, frustación, impotencia, etc.. etc.., hemos sido ninguneadas ante la mirada impasiva de nuestro Gobierno. Ha sido un ataque en toda regla a las Asociaciones de Mujeres.Un cambio de criterio adaptado para complacer a quienes están empeñados en que desaparezcamos, dicho de otra manera, es decir que los "anteriores" lo hacían mál y que los de ahora son los que hacen lo correcto...sin olvidar que tan solo se ha intervenido con el Instituto Andaluz de la Mujer..

Creo que es importante difundir los objetivos y el porqué de la existencia de las Asociaciones de Mujeres, cosa que creíamos más que sabidas y aceptadas por la gran mayoría de la ciudadanía, está más que demostrado que han sido y siguen siendo necesarias, porque las mujeres seguimos siendo las más discriminadas por nuestro sexo, por haber nacido mujeres, porque aunque creamos que la palabra "PATRIARCADO", es obsoleto y cansino, seguimos bajo el mismo mandato, lo tenemos más vivo que nunca, demostrado por partidos políticos que han resurgido desde las cenizas, que en realidad viene a demostrar el pensamiento de "esa gran parte de Hombres" que se sienten identificados, no podemos olvidar que también tenemos "Mujeres" que se adhieren a dicho pensamiento, demostración de la herencia del Patriarcado.



María Lejarraga
El feminismo quiere sencillamente que las mujeres alcancen la plenitud de su vida, es decir, que gobiernen el mundo a medias con los hombres, ya que a medias lo pueblan

María Lejárraga era una de las voces más clamorosas de la Segunda República en favor de los derechos de la mujer, pero aceptó un sometimiento total a su marido


Así, llegaría a escribir que "el feminismo quiere sencillamente que las mujeres alcancen la plenitud de su vida, es decir, que tengan los mismos derechos y los mismos deberes que los hombres, que gobiernen el mundo a medias con ellos, ya que a medias lo pueblan, y en perfecta colaboración procuren su felicidad propia y mutua y el perfeccionamiento de la especie humana. Pretenden que lleven ellos y ellas una vida serena, fundada en la mutua tolerancia que cabe entre iguales, no en la rencorosa y degradante sumisión del que es menos, opuesta a la egoísta tiranía del que se cree mas”.
Sin embargo, María Lejárraga (que con el estallido de la Guerra Civil se exilió a Francia, y que terminaría su casi centenaria vida en 1974 en Buenos Aires) sólo hizo una reivindicación de la autoría de sus obras con Gregorio Martínez Sierra (tras la muerte de éste comenzaría a publicar con el nombre de María Martínez Sierra) cuando la hija de aquél con Catalina Bárcena pretendió cobrar los derechos de autor de su padre. En su libro de memorias Gregorio y yo relató cómo lo que había entre ellos era una coautoría, pero documentos hallados en su legado de Buenos Aires permiten afirmar que, en realidad, se trataba de algo que iba mucho más allá: era la historia de una total sumisión.

Mª Nieves Gómez Crespillo.
28/02/2020

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