sábado, 15 de marzo de 2014

Otra vez sábado...¡¡soñar despierta!!

Soñar despierta parece un ejercicio que tiene que ser fácil; total, como nadie manda en tu mente, la diriges adonde tú quieras. No es así, incluso hay veces que es casi imposible. Cuando nuestros sueños se apartan mucho de la realidad que nos toca vivir, el hecho de soñar, puede resultar una tarea sumamente dolorosa; enfrentar lo que vives con lo que quisieras vivir, es tomar conciencia en ciertos casos, de que estás caminando por el filo de la navaja, sin sentido práctico y sin posibilidad de éxito. Hasta algo tan íntimo y personal como pueden ser los sueños, hemos de procurar mantenerlos con cierto control sobre ellos si queremos conservar la necesaria estabilidad emocional para que nuestro día a día no se nos escape de las manos. Con esto no pretendo desanimar a nadie a que se entregue a la hermosa tarea de soñar. Muy al contrario, si no soñamos no tendremos ninguna, o casi ninguna posibilidad de mejorar el mundo; el mundo, para bien y para mal, está en manos de los soñadores, así que tenemos la obligación de soñar, pero poniendo riendas a nuestros sueños para que disfrutemos de ellos, y si es posible, podamos ofrecérselos, aunque sólo sea a nuestro entorno más cercano, porque cuando se sueña en mejorar el mundo, es conveniente hacerlo con humildad, sabiendo que a gran escala, se corre el riesgo de que la cosa se transforme y terminemos metiéndonos en el extremo opuesto. Así que soñemos, pero en vez de sueños mastodónticos, muchos sueños pequeñitos, que ya habrá tiempo de irlos cosiendo para hacer con ellos un trabajo de pascht work, como las colchas de nuestras abuelas, que de paciencia sabían mucho más que nosotras.

Concha kartio

No hay comentarios: